Nunca es para siempre


- Nunca me dices que me quieres.

- ¿Perdona? Nunca me habías dicho algo así, y sí que te lo digo, muchas veces.

- Mientes, pero te perdono, ni siquiera sabes que mientes. Pasan los días sin alicientes, se van las horas malgastadas y llega la noche como si nunca antes me hubieras conocido.

- Ya estás otra vez, hablando en clave, es que, es como si lo hicieras aposta. Estoy empezando a pensar que te divierte causarme confusión, ¿es que nunca vas a hablar con claridad?

- Claridad, dices. Podría decirlo más alto pero no más claro; ansío tu amor como el aire que respiro, cuando me amas me transformo en intensa luz brillante, mi cuerpo vibra alocado y mi devoción por ti se renueva, más que nunca. Y, al mismo tiempo, tu presencia coarta mis ganas de nada, obligándome a salir de mi querida soledad, y ¿sabes?, no vine a este mundo para someterme a ninguna obligación ¿Te parece claro ahora?

- Nunca sé cuando hablas en serio o estás de broma, ¿acaso no estamos bien como estamos? Pensaba que nos divertíamos, que teníamos cosas en común. A dónde quieres ir a parar, espera ¿me estás dejando?

- Ata en corto tu ego, no puedo dejar lo que no es mio. Aunque quisiera, no me perteneces y si por una broma del destino dependieras de mi, te juro que te obligaría a irte, a volar lejos de mi para que puedas ser libre, para que puedas ser tú. Apuesto a que nunca has pensado en todo esto.

- Vale, me estás dejando. Nunca creí que llegaría este momento, me había acostumbrado a ti, a tus momentos de pasión, a tus silencios rotos, a tu fijación por la esencia de todas las cosas. Si pudiera entender al menos el por qué...

-  Elige una razón entre mil y hazla tuya, qué más da, pero te sugiero que huyas de esa trampa, no puede traerte nada bueno, te lo digo por experiencia. Déjame decirte algo: puerto seguro nunca hizo buenos marineros. Tal vez, la pregunta sabia no es esa, quizá habría que preguntarse "para qué" ocurre lo que ocurre.

- Tú y tus acertijos, nunca he conocido a nadie capaz de hacerme volar la cabeza sin concretar absolutamente en nada. Está bien, me voy, aún no sé muy bien qué está pasando pero está claro que aquí sobro... ¿Te volveré a ver?

- Jajajaja, aún no te has ido y ya estás pensando en volver ¿nunca te dije que adoro la forma que tienes de halagarme? Anda. ve ya, despliega tus alas y déjate mecer por el viento del este, yo me encargo de pedir a los dioses de levante que te guíen bien hacia Ítaca.

- Adiós, amor de mi vida, te echaré de menos, nunca te olvidaré.

- Adiós, mi bien amado, me acordaré de ti, nunca es para siempre.


Comentarios

Entradas populares